La raíz, el alma misma de los árboles, se retuerce desde su médula y nos habla,no sin dolor,de los olvidos del hombre,de la negación absurda de la tierra. Una realidad insoslayable, como los ojos de las hojas o las piedras.
La raíz, el alma misma de los árboles, se retuerce desde su médula y nos habla,no sin dolor,de los olvidos del hombre,de la negación absurda de la tierra. Una realidad insoslayable, como los ojos de las hojas o las piedras.
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